24 de abril de 2015

La evaluación en Bellas Artes


Quiero empezar esta entrada diciendo que la evaluación es un tema espinoso que a nadie le agrada, pero que es necesaria.

Podría decirse que un examen tipo test es muy fácil de calificar, un examen en el que haya que redactar lo hace más complicado de corregir, pero ¿y un cuadro? ¿un dibujo? ¿una escultura? ¿Cómo se evalúa algo tan subjetivo que depende tanto del gusto del que corrige?

Bien, pues a continuación analizaremos un poco más en profundidad y daremos unas sencillas pautas.

Primero debemos diferenciar entre calificar y evaluar:
  • Calificar: Poner notas (tender a ser objetivo). Se suelen mantener los mismos criterios para calificar todos los años, pero esto depende muchísimo del tipo de alumnos que se tenga, por lo que un aprobado un año puede ser un sobresaliente otro.
  • Evaluar: Impartir justicia. La evaluación no sólo depende de las calificaciones de un examen, sino de la asistencia, la participación, etc.
Los exámenes, tal y como están planteados hoy en día, no garantizan que el alumno haya aprendido realmente lo que está escribiendo sobre el papel. La mayoría de estos (entre los que me incluyo) olvidan los conocimientos adquiridos al acabar el examen puesto que es imposible asimilar tanta información de una manera tan sistemática y que ésta perdure para siempre.
Esto descarta los exámenes de desarrollar cuestiones teóricas, pero los tipo test son incluso peores. Los exámenes tipo test no son nada certeros porque no pueden calificar cómo se expresa el alumno o si tiene o no faltas de ortografía.

Un buen alumno debería saber (como mínimo) a hablar, a escribir y a comunicarse, y ninguna de estas pruebas puede probar que realmente el alumno sabe hacer estas cosas.

Un examen debería ser una clase especial donde se ayude al alumno a cristalizar los conocimientos que ha adquirido durante el curso, un examen que demuestre de verdad lo que sabe sobre la materia.
Y sea mediante un trabajo donde aplique los conocimientos adquiridos, un pequeño proyecto o realizando una exposición en clase.

Una buena opción para evaluar bien el progreso del alumno es mediante 3 evaluaciones diferentes: Una antes de empezar la asignatura (para saber los conocimientos previos que se tienen de ésta), otra a mediados del curso (para ver el progreso) y otra al final.
Incluso si hace falta, hacer un examen por cada tema, para que los alumnos vayan asimilando poco a poco toda la información y no tengan que aprenderla atropelladamente a final de curso.




Ahora llega el tema realmente espinoso, ¿cómo se evalúa a los alumnos de Bellas Artes?
Normalmente los alumnos no saben por qué se les pone una u otra nota en su trabajo (y suelen tomarse las notas bajas como algo personal pues, realmente, están suspendiendo una obra de arte que han creado con todas sus ganas). A esto se le añade que los profesores no suelen dar explicación de las calificaciones que ponen o simplemente afirman que las obras no son de su gusto por lo que no deben ser aprobadas. Qué injusto, ¿no?

Por ello ahora os voy a dar una serie de puntos objetivos que deben evaluarse a la hora de contemplar una obra pictórica:
  • Técnica:
    • Aparejo.
    • Composición.
    • Linea.
    • Pincelada.
    • Materia de carga.
    • Medium.
    • Color.
    • Luces y sombras.
  • Interpretación personal:
    • Capacidad para la creación.
    • Punto de vista original.
    • Misterio.
    • Atrevimiento.
    • Que cuente algo.
    • Que haga pensar.
  • Referentes.

Y hasta aquí la entrada sobre evaluación, ¡espero que os haya sido útil!

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