Creatividad

¿De dónde parte la creatividad?

En clase llegamos a la conclusión de que el pensamiento crítico y la independencia mental ayudan a la imaginación y a la creatividad.

Para llevar esto a cabo hay que quitar anclajes, ser ingenuo, no saber qué cosas no se pueden hacer para así pensar que todo puede ser hecho.

Antes se pensaba que la creatividad sólo la tenían los genios y que no se podía aprender, pero hoy por hoy sabemos que todo el mundo nace con creatividad y que en cierto modo sí se puede aprender.

Para desarrollar nuestra creatividad debemos saber que nuestro entorno influye, nuestro estado de animo y las personas que nos rodean también.

La creatividad nace de la curiosidad, de hacerse preguntas y buscar las respuestas, pues al plantearte cosas pones en marcha la parte relacional de tu cerebro, creando miles de conexiones nuevas y revisando las antiguas.

Se sabe que las personas creativas amplían los sistemas asociativos y llevan mejor las ciertas enfermedades, como el alzheimer. 

La creatividad va muy unida a las emociones, que es otro punto de partida de la creatividad.

Las emociones principales son:

• Alegría.
• Tristeza.
• Ira.
• Miedo.
• Asco.
• Sorpresa.

Podría decirse que la creatividad es una ciencia relativamente nueva, por lo que no se ha investigado mucho sobre ella, pero sí se han llegado a ciertas conclusiones:

Sólo resolvemos algo creativamente cuando se nos indica, entonces, ¿somos creativos a tiempo parcial? Pero no se puede ser creativo a tiempo parcial.

Encontramos casos en los que ante una situación muy estresante hay gente que se paraliza y gente que es capaz de dar resultados (este último es el más creativo, pues es capaz de crear soluciones).

A pesar de la inmensa capacidad creativa con la que  nacemos y todas las maneras de desarrollarla vivimos en una sociedad muy poco creativa. Tenemos de una estandarización de la cultura, damos las mismas respuestas a las mismas preguntas.

Deberíamos preguntarnos más el por qué de las cosas, pues eso ya es creativo.